Grupo de Investigación jóven

En un trabajo, entretanto “clásico“ sobre la historia del derecho mercantil del siglo XIX, acerca de los estudios en las ciencias económicas y jurídicas románico-canónicas de Wilhelm Endemann, el autor se queja de que los primeros tratados independientes sobre asuntos comerciales, aparecidos en el siglo XVI, y no podían ser entendidos por completo sin recurrir a la tradición del derecho canónico. Señalo que juristas famosos como Sigismondo Scaccia (alrededor de 1564-1634) habían juzgado continuamente el derecho comercial y las prácticas comerciales no sólo desde el punto de vista de la jurisdicción secular (fuero externo), sino también desde el punto de la conciencia, que se había entendido como el “tribunal interior” (fuero interno). Dicho de otra manera: Endemann se dio cuenta de que la separación moderna de “moralidad” y “derecho” – o aquí de “religión” y “derecho” – no puedo hacer justicia a las fuentes. No sólo vigilaban los teólogos sobre una forma extrajudicial de la resolución de conflictos ante el llamado “tribunal de la conciencia”, sino también el concepto completo de “normatividad”, “conflicto” y “jurisdicción”se reveló como extraño en esta época.

La representación de Endemann sobre la historia del derecho comercial sugere de nuevo el carácter pluralista de la vida juridica moderna y también el trasfondo fundamentalmente cristiano, ante el cual se desarolló la tradición juridical occidental. Durante la Edad Media y la Edad Moderna, la Iglesia Católica pudo ser vista como una institución global produciendo diversos tipos de leyes y practicando jurisprudencia en la sombra de la estatidad naciente (Duve). Es cierto que las normas, que produjo la Iglesia en este entonces, no se limitaron a cuestiones administrativas internas, el matrimonio o el derecho procesal. También la propiedad, los contratos y el comercio eran de la mayor importancia para una Iglesia que decía tener las llaves del paraíso. Los cientos de manuales para confesores y tratados e n material de contratos, justicia y la ley, que aparecieron en la Edad Moderna, atestiguan el gran esfuerzo de los canonistas y teólogos morales para crear un nuevo marco legal permitiendo a los comerciantes hacer frente a los aspectos “éticos” y “legales” de las nuevas formas emergentes de negocio (Prodi).

El siglo XVI vio surgir a un “capitalismo comercial” a raíz del descubrimiento de América y concomitantemente el crecimiento de la Iglesia con el establecimiento de normas regulando globalmente transacciones comerciales capaces de salvar las almas de los comerciantes.

Este proyecto quiere arrojar nueva luz sobre la historia del derecho comercial, tomando en serio la fundamental estructura normativa religiosa, debido a que en ella el derecho comercial tiene su orígen. Mediante la synopsis de obras de canonistas y teólogos concretos (p.ej. Summenhart, Dr. Navarrus, Lessius) con las obras de juristas modernos (p.ej. Scaccia, Felici, Klock) sobre temas específicos (tales como la equidad, las cooperaciones, el cambio de dinero) tratará de encontrar respuestas a las preguntas siguientes: 1) ¿Cuál era la relación entre el discurso emergente sobre el derecho comercial secular y la tradición legal canónica; o dicho de otra manera: ¿cómo interactuaban el fuero interno y el fuero externo como modos de resolución de conflictos? 2) ¿Existía alguna conexión entre los cambios en la evaluación de prácticas comerciales específicas y desarollos simultáneos en el derecho contractual general? 3) ¿Fueron los teólogos los “articuladores” e ideólogos de una estructura global de relaciones horizontales entre los proprietarios de los derechos individuales del dominium – una estructura de relaciones humanas que nos hemos acostumbrado de denominar “capitalismo” (Koskenniemi)?

This research project proposes an analysis of the development of modern contract doctrine and of its foundations in Protestant theology, focusing mainly on Germany, The Netherlands and England during the 16th and 17th century. Previous works have already well examined the role played by canon law and Catholic moral theology in this field. But what about the contribution of Protestant theologians and jurists to the law of contract? Moreover, was there a decisive interaction between forum internum and forum externum in the development of modern contract doctrine?

Por mucho tiempo el derecho inglés estaba caracterizado por una división estricta entre common law y equity. Esto se manifestó institucionalmente en la división entre la jurisdicción común y la Court of Chancery (Corte de Cancillería), que era la instancia decisiva de la jurisprudencia Equity entre los siglos XIV y XIX.

La Court of Chancery se desarolló a partir de la jurisdicción particular del rey. Su función era ante todo, aliviar el formalismo rígido del common law mediante recursos legales más extensos y reglamentaciones extraordinarios. Para justificar sus sentencias al principio se refería más al concepto de la “Conciencia” que a la Equity.

Pero en los tiempos constitutivos de la Court of Chancery el concepto de la “Conciencia” no fue entendido como subjetivo, sino era caracterizado por los valores universales de la Iglesia Católica. En todo caso, una concepción así es natural para los jueces de la Court of Chancery, hasta la Reforma, ya que muchos de ellos eran a su vez obispos. Sin embargo, esto plantea la cuestión, hasta qué punto estos valores solo servían como fundamentación de las sentencias.

Por lo tanto, es el objetivo del proyecto, profundizar el papel de la teología moral católica en la génesis del derecho Equity. Se deben investigar las coherencias entre las ideas teológico-morales de la época y de los procesos como decisiones de la Court of Chancery. En esto queremos observar particularmente la integración de normas de conducta originariamente no-estatales al common law, que en este momento ya había sido organizado y diferenciado.

La historia de la Court of Chancery ha sido investigada intensivamente en la disciplina de historia jurídica anglo-americana. Pero muchas veces la atención se centró en la génesis de varios instrumentos legales que perduran hasta hoy en día. Considerando los principios de sus decisiones, en la mayoría de los casos se basó en manifestaciones extra judiciales de los jueces participantes. Ahora el grupo de investigación junior “Derecho Canónico, Teología moral y la Resolución de Conflictos en la Temprana Época Moderna” ofrece la posibilidad de investigar la influencia concreta de fuentes canónicas en la génesis del derecho Equity.

Para finalizar, se debe consultar la historia de la jurisdicción equity también para profundizar, cómo los valores universales aceptados por la sociedad caracterizan la resolución de conflictos y cómo pueden contribuir a la aceptación del sistema jurídico estatal.

En la Baja Edad Media y la Edad Moderna la Sacra Poenitentiaria Apostolica era la máxima instancia de la cristianidad latina en asuntos de gracia. Quien aspiraba al sacerdocio a pesar de tener una irreguralidad por nacimiento, o se apartaba de la vida monástica a pesar de la profesión religiosa o quería asegurar la validez de un matrimonio comprometido por impedimentos canónicos, se dirigía a la “fuente de gracia” romana. No sólo por la preocupación de la propia salvación, sino también, fuertes conflictos económicos y sociales llevaban a la marea de suplicantes a Roma. Todos los peticionarios tenían en común la razón de su situación conflictiva: la infracción de los estatutos del derecho público eclesiástico. Así el penitenciario desempeñaba el papel de una instancia de pacificación, que en cierto modo disolvía conflictos legales a través de la concesión de gracia teológica.

La mayor parte de las súplicas concedidas registradas en Roma son peticiones de matrimonialibus. La dimensión existencial de esta forma especial de conflictos se manifiesta en el uso de dispensas como instrumentos procesales de prueba: una dispensa papal, legitimando el matrimonio paternal, podía asegurar la herencia al descendiente. El ancho de banda de “matrimonios ante la justicia“ en los registros penitenciarios llega del reconocimiento de matrimonios adolecidos de impedimentos a través de la disolución de uniones existentes a la anulación de compromisos matrimoniales dados bajo coacción. El fundamento de este derecho matrimonial medieval se formó en el siglo XII en la intersección entre la canonística y la teología moral. Nuevos logros de esta teología, como la doctrina del libre albedrío, entraron a través del matrimonio consensual a la concepción legal del matrimonio. A más tardar con la fijación del estatuto del matrimonio como sacramento en el IV Concilio de Letrán quedó intocable la jurisdicción eclesiástica en asuntos matrimoniales.

Los curiales registros martimoniales como fondo de historia cotidiana, social y de mentalidad han sido ampliamente evaluado estadísticamente y ejemplarmente. Poca atención ha sido prestada al propio proceso in partibus, que fue iniciado desde Roma por una delegación para la revisión de la veritas precum a jueces locales. En esto, una mirada a la tradición local de expedientes judiciales podría permitir interesantes conclusiones sobre el carácter del proceso entre la internacionalidad y la regionalidad. Como guía sirven las siguientes cuestiones: ¿Cómo podría asegurar Roma que el proceso local fue decidido en su interés? ¿Cuántas liberdades admitía el penitenciario al tribunal correspondiente? ¿Aparecen conceptos legales locales durante el proceso o las interrogaciones de los testigos? La evaluación del archivo permite la comparación de tres países entre expedientes judiciales de una diócesis inglesa, una del sur de Alemania y otra del norte de Italia, además de la tradición curial. Allá no sólo se puede esperar una tradición relativamente buena, sino al mismo tiempo tradiciones legales muy diferentes. La function del penitenciario como tribunal europeo avant la lettre, examinando el proceso entre la completa estandarización y tradiciones locales individuales es un camino adecuado para seguir la pista de formas premodernas de la solución ética-legal de conflictos.

El 20 de enero de 1585 comenzó el Tercer Concilio Provincial Mexicano en la ciudad de México, capital del Virreynato de Nueva España y cabeza de la provincia eclesiástica de México, que incluía, el actual México, la mayor parte de América Central y las Islas Filipinas. Uno de sus principales propósitos era establecer el modo de aplicación de las normas dadas por el Concilio General de Trento. El Concilio Provincial Mexicano sesionó por nueve meses y promulgó un cuerpo de Decretos. Las actas originales del Concilio se encuentran en la Brancoft Library (Berkeley, California), las cuales fueron impresas entre 2006 y 2009 en una edición de cuatro volúmenes.

Por iniciativa del Arzobipo Pedro Moya de Contreras, cualquiera podía enviar sus dudas o disputas para que sean resueltas por el Concilio. Consecuentemente, una gran variedad de peticiones fueron presentadas, muchas de las cuales el Concilio las resolvió in actu. Las cuestiones más importantes fueron tratadas por consultatio, es decir, fueron entregadas a un comité de teólogos y juristas, y en algunos casos, a otras personas o instituciones como las Órdenes Religiosas. En muchos de los casos, los pareces de estos comités influyeron en la redacción de los Decretos conciliares.

La investigación se focalizará en los argumentos presentados en las consultas en orden a un mejor conocimiento de la jurisdicción conciliar en materias religiosas y seculares. El análisis tendrá en cuenta la especial relación entre las autoridades religiosas y seculares resultante del Real Patronato. Su foco será los conflictos jurisdiccionales entre los distintos actores quienes presentaron sus disputas al Concilio: obispos, clérigos, Capítulos Catedralicios, Órdenes Religiosas, y autoridades reales y virreynales.

Nuestra investigación se focalizará en los desarrollos históricos en el ámbito de la ley, la moral y la resolución de conflictos en relación con la secularización basada en la filosofía de la religión. Basándose en las teorías de Gauchet, Girard y otros, el objetivo es explicar realidades histórico-legales y teológico-morales y darles una nueva luz. Vemos dos enfoques posibles.

A)      La secularización parece encontrar su origen en la revolución del tiempo como eje, con la que comenzó a actuar en la historia del pensamiento por la diferenciación de lo que había sido uno (Voegelin) una fuerza centrífuga cada vez mayor. No sólo el pluralismo dentro de nuestra tradición jurídica, sino también la separación entre derecho y moral parecen ser hijos de esta revolución, cuyo ímpetu según Gauchet había sido reforzado por las bases simbólicas específicas e inestables del cristianismo. Gauchet identifica la relación personal directa con Dios como una fuerza subversiva, que no sólo socava la Iglesia, sino también la propia religión como determinante de la estructura social. ¿Podemos interpretar el fuero interno, ante el cual uno se enfrenta a Dios y rinde cuentas de sus pecados, como una forma institucionalizada de esta relación personal con Dios y en este sentido como algo que contribuye a la decadencia de la religión? ¿Acaso el hecho de la “legalización” del fuero interno en la teología moral prueba el compromiso de la Iglesia de fijar y controlar esta fuerza subversiva de la conexión personal con lo divino? Si es así, la acentuación del pecado podría haber contribuido a un mundo, que solamente se focaliza en el delito y en el cual el pecado se ha vuelto irrelevante.

Las tensiones que se han acumulado entre el fuero interno y externo, pero también su “mezcla” u ósmosis (Prodi), podría entenderse como un ejemplo del conflicto mimético de Girard, en el cual los antagonistas se vuelven cada vez más similares entre sí antes de que el contraste entre ellos sea restaurado con un golpe fatal contra una de los dos partes, en este caso: contra el fuero interno.

B)      Girard ve el fin de la religión en la ruptura de los “mecanismos de chivos expiatorios” y en la creciente capacidad de reconocer chivos expiatorios como tales y de protegerlos. El historia de la religión original fue contada desde la perspectiva de los perseguidores. El cristianismo, sin embargo, se describe desde el punto de vista de un chivo expiatorio y destruye el “mecanismo de chivos expiatorios” anteriormente funcional.

C)      Queda abierta la pregunta, si nuestras fuentes legales reflejan semejante cambio de metalidad. Y si lo hacen: ¿Cómo afectó esto la resolución de conflictos en el Nuevo Mundo, en la que la visión cristiana del mundo se tropezó con una nueva situación?